Pero sus sueños son agitados, demasiado tiempo solo, ese tiempo que consiguió por si mismo convertirle en un bicho raro, en un solitario... Y ahora quiere que ella se enrede en sus sábanas con él, acariciar su piel entre sueños, abrazarla en las noches de frío y recordar siempre antes de dormirse que la noche anterior estaba también con él y que esta noche volverá estar y la noche de mañana. Ella…
Suena el despertador, sus sábanas enredadas le impiden levantarse y tiene que luchar con fuerza para desasirse de ellas. A ciegas, medio dormido, palpa con su mano el colchón buscándola, pero no está, no está, no está…Otra vez igual que ayer y que anteayer, otra vez igual, no está, nunca está, nunca está…
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