Salgo a
pasear, observo que el camino es largo pero mi objetivo es sencillo. Pues sé lo
que quiero. Y paso a paso pisando fuerte llegaré a él. Cada
metro que avanzo estoy más cerca de llegar a mi meta. Deseo llegar cuanto antes
pero no me obsesiono. Intento conseguir avanzar tramo a tramo, paso a paso,
firme y constante, que la suma de todos me hará llegar al final.
Llevo
mucho caminado, estoy agotado, no sé si
llegaré. Esto es más duro de lo que me esperaba. No tenía que haber dicho que
iba a ser sencillo, las dudas llegan a mi cabeza.
Saco
fuerzas de donde no hay, empiezo a conseguir cosas que nunca pensé que
conseguiría. En este camino estoy conociéndome mucho más de lo que yo me
conocía. Cosas que antes pasaban desapercibidas ahora les doy gran valor. Me sorprendo
de la paciencia que nunca antes empleé.
Hago
una mirada hacia atrás, y vuelvo a mirar rápidamente al frente. Llegó a darme
pánico quedar atrapado en medio de un recorrido en el que me había esforzado
mucho pero que aún no había llegado a mi objetivo. Me queda mucho por delante,
pero el trayecto recorrido era mucho mayor.
Eso me
hace sacar fuerzas y pensar en mi meta. Ahora sí necesito pensar en ella, me
queda lo más difícil... Finalizar.
No
puedo más, pero no quiero rendirme. ¿Qué puedo hacer?… ¿Merece la pena tanto
sufrimiento?
De repente escucho una voz conocida, no puedo identificarla pero me apoya a seguir, que no decaiga, que falta poco, que lo conseguiré.
De repente escucho una voz conocida, no puedo identificarla pero me apoya a seguir, que no decaiga, que falta poco, que lo conseguiré.
Estoy
mojado de sudor, me queman los pies, tengo mucha sed pero esas palabras de
ánimos me produjo un escalofrío que llegué a sentir frío.
Falta
poco, muy poco… estoy a punto de rozar mi destino con los dedos..
Y por
fin llegué, ya estoy aquí, lo conseguí, ¡Qué alegría!
Múltiples
sensaciones invaden mi cuerpo hasta tal punto que mi alma se separa de mi
cuerpo y lo mira frente a frente.
-“¡Lo conseguiste!”
Tras un
rato en éxtasis me pregunto… y ¿Ahora qué? Que sensación más extraña… Llegué
aquí pensando que mi vida cambiaría totalmente. Lo he conseguido pero, ¿Por qué
aún no me siento satisfecho?
Tras un
rato asimilando todo, me di cuenta de que la felicidad es momentánea, pero su
recuerdo si es eterno y pienso que ha merecido la pena tanto esfuerzo para llegar
aquí.
Lo más importante fue avanzar paso a paso y cada momento de ese trayecto disfrutarlo como si fuese el último. Superar cada obstáculo me hizo madurar, conocerme mejor a mí mismo y valorar muchas cosas.
Lo más importante fue avanzar paso a paso y cada momento de ese trayecto disfrutarlo como si fuese el último. Superar cada obstáculo me hizo madurar, conocerme mejor a mí mismo y valorar muchas cosas.
Ahora
tengo otro reto, otro nuevo camino, algo nuevo que me inquieta. Estoy
deseando comenzar y que los caminos anteriores me sirvan de experiencias para
no errar en los mismos fallos, tener paciencia en otros y saber disfrutar de
los pequeños momentos.
Y tú,
¿Has marcado ya tu camino?
M. Alcántara 02/03/2013
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