MULTA MILLONARIA
La empresa de las 'pulseras milagro' deberá pagar 42 millones de eruos por publicidad engañosa a consumidores de EE UU
Imagen de la Power Balance, la pulsera que, según aseguraban, restaura el equilibrio interno de quien lo lleva. /Archivo
La 'pulsera milagro' Power Balance ha tocado fondo. La empresa que comercializaba el producto podría estar al borde de la quiebra al verse obligada a pagar 54,7 millones de dólares por publicidad engañosa a los consumidores de EE UU. Tras meses de litigios y denuncias ante las autoridades sanitarias por atribuir propiedades "pseudomilagrosas" a sus pulseras de goma, la empresa ha visto como su producto estrella chocaba con las leyes que protegen a los consumidores y ha suspendido pagos en virtud del capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE UU para "reestructurar parte del negocio".
La moda de las Power Balance causó furor el año pasado. La empresa vendió millones de pulseras en todo el mundo y ganó adeptos entre multitud de personajes famosos y deportistas. La publicidad de Power Balance aseguraba que sus productos contienen un "holograma" con una frecuencia que "brinda al cuerpo nuevamente un estado de armonía y equilibrio como lo tuvo antes de la contaminación por sustancias químicas, comidas rápidas, la falta de ejercicio y el estrés". La pulsera, que costaba 30 dólares en EE UU y 45 euros en España, prometía "el aumento del equilibrio, la fuerza, flexibilidad, resistencia, enfoque, coordinación y ritmo".
En España, los anuncios habrían vulnerado las leyes que prohíben la promoción comercial de productos "que sugieran o indiquen que su uso o consumo potencian el rendimiento físico, psíquico, deportivo o sexual" sin ajustarse a los requisitos y exigencias legales. Además, Power Balance incrurría en otra práctica prohibida en el Real Decreto de 1996 sobre publicidad, que es la de ofrecer "testimonios de personas famosas o conocidas por el público", como el tenista Manolo Santana, los surfistas Pablo Gutiérrez y Courtney Conlogue, el baloncestista Shaquille O'Neal o el piloto de Fórmula 1 Rubens Barrichello, así como personajes televisivos como Iker Jiménez y Pablo Motos o políticos como Esperanza Aguirre o la propia ministra de Sanidad, Leire Pajín.
La noticia, que se ha convertido rápidamente en el tema más comentado en las redes sociales, ha abierto un intenso debate en la red sobre la Power Balance sobre la culpabillidad del propio consumidor por confiar de manera ingenua en este tipo de productos y es que, desde que la famosa pulsera salió al mercado, fueron miles los artículos que denunciaban una práctica comercial similar a la de los crecepelos milagrosos o el agua de la eterna juventud.
Según el comunicado que envió TNZ, "debido a la táctica de márketing no autorizada de un distribuidor independiente en Australia y la proliferación de las operaciones falsificadas de las cuales obviamente no tenemos ningún control, Power Balance se ha convertido en el objetivo de numerosos pleitos de acción colectiva".
La firma ha llegado a un acuerdo en los tribunales de Estados Unidos para pagar una indemnización de 57,4 millones de dólares a los 'afectados' por el timo, una cifra difícilmente costeable pese a que la famosa pulsera de silicona con un holograma en el centro se vendía en EEUU a 30 dólares la unidad y en España a 45 euros.
La pulsera se hizo muy popular en todo el mundo. Importantes personalidades del mundo del deporte, la televisión o de la política como Esperanza Aguirre, Iker Jiménez, Pablo Motos o la misma Leire Pajín han aparecido en espacios públicos luciéndola. La ministra de Sanidad lo hizo después de que FACUA acusara a Power Balance de ser un fraude y denunciara el uso de estas pulseras y tras haber sido criticadas por numerosas asociaciones de médicos. Tras esto, la polémica en la calle se extiendió pidiendo la dimisión de una ministra de sanidad que cree en "milagros curativos".